Hábitos que te impiden mejorar la voz
Cuando queremos mejorar nuestra voz, debemos enfrentarnos a una serie de hábitos que a través del tiempo han ido disminuyendo la calidad de nuestra producción vocal. Sin importar cuántos ejercicios hagamos para mejorar el tono de voz, si no cambiamos estas costumbres, seguiremos sonando de la misma manera.
No respirar adecuadamente.
Respirar de forma incorrecta es el primer hábito que no nos permite mejorar nuestra voz. Para evitar esto, debemos utilizar la respiración diafragmática, con la cual depositamos aire en el abdomen, logrando que el músculo del diafragma actúe como apoyo y empuje hacia arriba el aire para hacer que nuestras cuerdas vocales vibren.
Tener una mala postura.
Este punto es muy importante, ya que frecuentemente utilizamos la voz mientras nuestro cuerpo tiene una postura inadecuada para hacerlo. Al usar la voz, debemos cuidar siempre el no oprimir el diafragma, para permitir una respiración libre. Otra postura muy dañina para la voz es cuando hablamos por teléfono, pues se dobla el cuello y las cuerdas vocales se cierran en el interior. La mejor posición para hablar es manteniendo recta la laringe, sin ningún tipo de inclinación.
Aclarar la garganta o carraspear.
Esta práctica acaba con tu garganta. En las cuerdas vocales, hay una mucosa que las protege y recubre y en ocasiones puede incomodarnos, peroal aclarar la gargante sólo logramos que se adhiera más a nuestra garganta, empeorando la sensación. En lugar de hacer esto, si sentimos “algo en la garganta” podemos simplemente bostezar y esto nos hará sentir aliviados.
Consumir dulces de menta.
Hay pastillas que prometen un “alivio refrescante” para la garganta, pero en realidad logran todo lo contrario. La menta, la clorofila, la hierbabuena, entre otras sustancias, irritan y destrozan la garganta. Si sientes necesidad de aliviar la garganta, puedes consumir algún caramelo (que no tenga azúcar, pues ésta reseca la garganta) de miel y limón, o tomar un poco de agua.
Ingerir alimentos muy salados, muy picantes o muy dulces.
Este tipo de alimentos pueden resecar la garganta, lo cual se vuelve un círculo vicioso: se reseca tu garganta, se genera mucosa que se vuelve molesta y comenzamos a carraspear. Para evitar esta situación, podemos agregar a nuestra dieta alimentos que contengan vitaminas A y C (fortalecen las cuerdas vocales), miel, de té de manzanilla (limpia la garganta) y abundante agua en caso de ingerir comidas saladas, picantes o dulces.
Susurrar.
Muchas veces al hablar con nuestra pareja, familia o amigos, utilizamos susurros, pero esto afecta nuestra voz. Es mejor hablar en voz baja, pues la cantidad de aire utilizada para susurrar acaba con las cuerdas vocales, al provocar exceso de sequedad. Es por esto que si te quedas ronco, lo más mejor es descansarla voz, jamás forzarla.
El objetivo ya sabes que siempre es mejorar tu voz.
No respirar adecuadamente.
Respirar de forma incorrecta es el primer hábito que no nos permite mejorar nuestra voz. Para evitar esto, debemos utilizar la respiración diafragmática, con la cual depositamos aire en el abdomen, logrando que el músculo del diafragma actúe como apoyo y empuje hacia arriba el aire para hacer que nuestras cuerdas vocales vibren.
Tener una mala postura.
Este punto es muy importante, ya que frecuentemente utilizamos la voz mientras nuestro cuerpo tiene una postura inadecuada para hacerlo. Al usar la voz, debemos cuidar siempre el no oprimir el diafragma, para permitir una respiración libre. Otra postura muy dañina para la voz es cuando hablamos por teléfono, pues se dobla el cuello y las cuerdas vocales se cierran en el interior. La mejor posición para hablar es manteniendo recta la laringe, sin ningún tipo de inclinación.
Aclarar la garganta o carraspear.
Esta práctica acaba con tu garganta. En las cuerdas vocales, hay una mucosa que las protege y recubre y en ocasiones puede incomodarnos, peroal aclarar la gargante sólo logramos que se adhiera más a nuestra garganta, empeorando la sensación. En lugar de hacer esto, si sentimos “algo en la garganta” podemos simplemente bostezar y esto nos hará sentir aliviados.
Consumir dulces de menta.
Hay pastillas que prometen un “alivio refrescante” para la garganta, pero en realidad logran todo lo contrario. La menta, la clorofila, la hierbabuena, entre otras sustancias, irritan y destrozan la garganta. Si sientes necesidad de aliviar la garganta, puedes consumir algún caramelo (que no tenga azúcar, pues ésta reseca la garganta) de miel y limón, o tomar un poco de agua.
Ingerir alimentos muy salados, muy picantes o muy dulces.
Este tipo de alimentos pueden resecar la garganta, lo cual se vuelve un círculo vicioso: se reseca tu garganta, se genera mucosa que se vuelve molesta y comenzamos a carraspear. Para evitar esta situación, podemos agregar a nuestra dieta alimentos que contengan vitaminas A y C (fortalecen las cuerdas vocales), miel, de té de manzanilla (limpia la garganta) y abundante agua en caso de ingerir comidas saladas, picantes o dulces.
Susurrar.
Muchas veces al hablar con nuestra pareja, familia o amigos, utilizamos susurros, pero esto afecta nuestra voz. Es mejor hablar en voz baja, pues la cantidad de aire utilizada para susurrar acaba con las cuerdas vocales, al provocar exceso de sequedad. Es por esto que si te quedas ronco, lo más mejor es descansarla voz, jamás forzarla.
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